Es frecuente usar metáforas de guerra para hablar de situaciones como la que el planeta entero está viviendo en este momento. El enemigo declarado, el COVID-19, es invisible, microscópico y no sabemos dónde está. Puede estar en cualquier parte, así que mientras no tengamos un método efectivo para defendernos de él lo más seguro es permanecer confinados en casa y ganar tiempo. Lo normal en esta situación es que respondamos con angustia, una respuesta emocional frente a situaciones que no podemos controlar y ante las que sentimos impotencia y vulnerabilidad. La angustia es una respuesta normal en estas circunstancias. Es una herida que debemos tratar adecuadamente para que no se convierta en un dolor mayor después de que todo pase. En ese momento, si la hemos tratado de la forma adecuada, podremos salir indemnes psicológicamente de la crisis. Los trastornos derivados de ella no se producen en el momento en que enfretamos al virus, sino después.
3 Comentarios
Maria
16/4/2020 08:11:41 am
Gracias
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Elena Hernández
26/10/2020 10:33:24 am
Gracias por la aportación, es muy interesante me surge una cuestión, si es tan amable de responder, por favor ¿en qué momento del día es más interesante hablar o escribir sobre las cosas que nos angustian? ¿en el momento en que aparezca a pesar de que estemos en otra actividad o dedicar un momento concreto e introducirlo en nuestra rutina?
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Hola, Elena. Gracias por tu comentario.
27/10/2020 09:34:57 am
Aunque es necesario, antes de hacer una prescripción terapéutica, conocer bien el problema que queremos resolver, de manera general es bueno escribir las cosas que nos angustian en el momento en el que nos asaltan esas ideas si debido a esos pensamientos no podemos continuar adecuadamente lo que estamos haciendo. Puedes también empezar el día escribiéndolas en un papel o libreta.
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AutorLuisa F. Aguirre de Cárcer. Especialista en Terapia Breve Estratégica. Madrid-Centro. Archivos
Abril 2020
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