Es frecuente usar metáforas de guerra para hablar de situaciones como la que el planeta entero está viviendo en este momento. El enemigo declarado, el COVID-19, es invisible, microscópico y no sabemos dónde está. Puede estar en cualquier parte, así que mientras no tengamos un método efectivo para defendernos de él lo más seguro es permanecer confinados en casa y ganar tiempo. Lo normal en esta situación es que respondamos con angustia, una respuesta emocional frente a situaciones que no podemos controlar y ante las que sentimos impotencia y vulnerabilidad. La angustia es una respuesta normal en estas circunstancias. Es una herida que debemos tratar adecuadamente para que no se convierta en un dolor mayor después de que todo pase. En ese momento, si la hemos tratado de la forma adecuada, podremos salir indemnes psicológicamente de la crisis. Los trastornos derivados de ella no se producen en el momento en que enfretamos al virus, sino después.
3 Comentarios
|
AutorLuisa F. Aguirre de Cárcer. Especialista en Terapia Breve Estratégica. Madrid-Centro. Archivos
Abril 2020
Categorías
Todos
|