Dentro de este aparente determinismo existe el germen del cambio, operado por el propio individuo, a través de un cambio de percepción de la realidad. El mejor estímulo para dicha toma de conciencia es la propia experiencia. Al no repetir lo que no funciona, en este caso las conductas disfuncionales, nuestra neurofisiologia irá detrás iniciando una nueva forma de interrelacion entre conducta y fisiología.
También aprendemos, es decir, cambiamos, al ser capaces de observarnos. Este proceso es más difícil y menos frecuente.
En Terapia Breve Estratégica operamos el cambio a través de lo que P. Watzlawick llamaba "suceso casual planificado". Con esta expresión se refería a todos aquellos sucesos planificados meticulosamente por el terapeuta que permiten al paciente una nueva percepción de la realidad y con ello un cambio en su vida. Iniciando así un nuevo ciclo de repeticiones funcionales, una nueva interrelación entre fisiología y conducta.